Me sostiene la muerte
entre sus brazos de hambre veraz
y las fieles palabras
tejiendo en lo invisible,
la cercanía de nuestros cuerpos.
No soy diferente
a esa nube dispersa y libre
simulándote formas
entre las transparencias del cielo.
Ahora mi sangre es tan roja
como aquel beso eterno
bajo la lluvia tardía de los árboles.
Confieso dentro del fuego,
de qué están hechas las llamas
que atraviesan mis noches oscuras
y preceden al alba de piel abrasada,
a los muros caídos,
a la memoria animal de las flores
en los campos temblorosos
de tu sueño a gritos.
La luz nace en tus ojos
y desemboca en mi mar
de sonrisa oculta,
alzándose hermosa
como la canción del pájaro
que ha encontrado su nido.
Constanza Everdeen ® ©
"La memoria animal de las flores" hace nido en tus labios, Constanza...
ResponderEliminarEn mis labios tiembla tu canción, Johnny...
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