miércoles, 5 de agosto de 2020

Sueño dormido.

La lluvia está dormida en alguna parte
en otro cielo ahora distinto.
Migran los sueños a lares más fríos,
sueños mudos, mudando la piel.
Dentro de un tiempo, las flores,
con sus pistilos cargados de dulces campanillas
abrirán los muros que me guardan.
La calma me saludará con su sombrero
y hará más indómita esta cabellera,
cada vez más salpicada de lunáticas canas
que se perderán en nuevas ganas
y diferentes desconciertos.
Las estrellas volverán a la noche,
como regresa la piel a donde la versan,
como así se retira el amor 
de donde borran sus letras.




Constanza Everdeen ® ©


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