Hablabas de ser agua,
yo esperaba una ilusoria previsión de lluvia,
con el paraguas roto,
en un andén fantasma.
Ahogamos los gritos por temor a que toda réplica,
fuera el eco de lo que fuimos.
Evité las transparencias,
con una combinación de decepciones
y algún depósito de sangre.
Falsamente nos sorprendió la rutina en la retina,
tú detonaste la caja,
yo apreté el gatillo,
nadie recogió el escombro.
Una demora de una hora,
o de incluso 58 minutos menos,
dejan los versos fríos en el plato.
El tiempo no significa nada,
pero siempre resulta mortal.
Constanza Everdeen ® ©
Precioso poema, intenso y lleno de vida
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