Tus caricias son llamas,
constante de explosiones solares
sobre mi piel obediente.
Ingrávida y musical
fuerza irresistible
hacia tu fondo.
Dos botones de tu camisa
desojalados,
puerta abierta del lugar
donde siempre anhelo respirar
aroma a mar y trementina
bálsamo de mi alma dolorida.
Creces entre el sonoro mutismo
y ciclones que todo lo despeinan.
Haciéndonos un amor
Con palabras, nunca visto
Sin nada que nos cubra
Sólo el cielo estrellado de intenciones
Y el tiempo detenido.
me gusta seguir tus palabras, prosa y verso son un regalo. Y esas fotos...Genial
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