Sueño con una estrella oscura
en tu boca almizclada,
libando la meladura
del anhelo más contenido
de este mundo acuoso
que se nos extingue entre los dedos.
Sueño con leyendas
que aún no nos hemos escrito
sueño con la espada que fraguó el dragón
para hundirse en la doncella.
Sueño que me sueñas
y me pides lo mismo
y algo extraño
que me despierta dormida
dentro de un incendio.
Sueño que me hablas
y me dices que te acabas
con tu voz dulce de entrega
rota y entregada.
Sueño que vienes
y que te vas
sueño que en cada latido del mar
me voy contigo...
Constanza Everdeen © ®
miércoles, 26 de junio de 2019
domingo, 23 de junio de 2019
Anís estrellado.
Las musas no barren con escobas falsas,
hacen de nosotros, la sonrisa
en esas tumbas de desamor
que cavaron otros.
Esta hojarasca nostálgica
que a veces nos invade el sueño
y la noche estrellada de desasosiegos,
no perdonan los temblores
de la cara de la luna
que no te alcanza,
los anises en el pecho.
En la constante llamada
reposamos la esperanza
acariciándola con plumas
y colmillos doloridos
de no morder.
Hasta el silencio tiene tu rostro
donde me arrancas las vestiduras
y te vacías de mi nombre
como el secreto que quema por dentro,
como el núcleo del solsticio
en el centro de la nave,
donde tiene el mar su amarre.
En todas las cosas, a todo tiempo,
si me pierdo en tu mundo,
me encuentro en el cielo.
Constanza Everdeen © ®
hacen de nosotros, la sonrisa
en esas tumbas de desamor
que cavaron otros.
Esta hojarasca nostálgica
que a veces nos invade el sueño
y la noche estrellada de desasosiegos,
no perdonan los temblores
de la cara de la luna
que no te alcanza,
los anises en el pecho.
En la constante llamada
reposamos la esperanza
acariciándola con plumas
y colmillos doloridos
de no morder.
Hasta el silencio tiene tu rostro
donde me arrancas las vestiduras
y te vacías de mi nombre
como el secreto que quema por dentro,
como el núcleo del solsticio
en el centro de la nave,
donde tiene el mar su amarre.
En todas las cosas, a todo tiempo,
si me pierdo en tu mundo,
me encuentro en el cielo.
Constanza Everdeen © ®
viernes, 21 de junio de 2019
Cuerdas y cordeles.
Tu voz recita la tarde caída
sobre las cuerdas voladoras
en mi piel tendida,
rociando gotas obscenas
sobre la manzana más alta
la de la miel más encendida.
Tiro del cordel tildado
en la punta de tu lengua
y se desvanece el telón
que cubre nuestra escena apareada
verbo, carne y oración,
tú, amor...
me regalas penitencia.
Anhelo el desmayo en los brazos
de tu silencio de fuego
y que me lleves y me poses
sobre el suave lecho de agua
donde haremos la ofrenda
hasta las flores más tímidas.
Traeremos los rubores
a esos dioses de distintos nombres
con este torrente de perfumes orientales
de sed sin desiertos
de amor desafiante.
En la espera dentro de la espera
cabe toda la esperanza,
cuerdas, cordeles y otro tipo de cordura.
Constanza Everdeen © ®
sobre las cuerdas voladoras
en mi piel tendida,
rociando gotas obscenas
sobre la manzana más alta
la de la miel más encendida.
Tiro del cordel tildado
en la punta de tu lengua
y se desvanece el telón
que cubre nuestra escena apareada
verbo, carne y oración,
tú, amor...
me regalas penitencia.
Anhelo el desmayo en los brazos
de tu silencio de fuego
y que me lleves y me poses
sobre el suave lecho de agua
donde haremos la ofrenda
hasta las flores más tímidas.
Traeremos los rubores
a esos dioses de distintos nombres
con este torrente de perfumes orientales
de sed sin desiertos
de amor desafiante.
En la espera dentro de la espera
cabe toda la esperanza,
cuerdas, cordeles y otro tipo de cordura.
Constanza Everdeen © ®
martes, 18 de junio de 2019
Lluvia de helechos.
Diluvia en todas las predicciones del mundo
que nos han visto desabrigados.
Nos llaman las nubes
rebosantes de suspiros famélicos,
suplican la bondad de su descarga
haciendo crecer esa irresistible sombra
en tu perfil de fiera súbita.
Yo te miro y me reconozco más,
me crecen los aullidos y su origen,
descarnada de textos, de palabras
sedienta de lengua y signos.
Te quiero complacido y alegre
despertando en mi cama de helechos
entre el verdor frondoso y la imprudencia
del divino y trémulo porvenir.
Constanza Everdeen ® ©
domingo, 16 de junio de 2019
El umbral de los versos
Soy mujer encontrada
en el umbral de tus versos
que son como los míos
con lengua pincelada.
En tu sueño de ojos abiertos
mis caderas son de aire
y tus alas de fuego
danzamos hasta el imposible final
de la cumbre y de la llama.
Todas las habitaciones
me sacias de grano y de semillas
haciendo de la timidez vegetal
de este bosque de complejas madreselvas
un mar de selvas omnívoras.
Me tienes el vientre como alacena
colmada de libros y códices vertidos
entregado recipiente soy
de tu hambre impaciente.
Me vistes de fino palio
atravesado de sol,
por esos ojos tuyos
que espantan confusiones
y me ordenan los muebles.
Eres hombre encontrado
en el umbral de mis versos
que son como los tuyos
con lengua tintada
buscando tu pincelada.
Constanza Everdeen © ®
en el umbral de tus versos
que son como los míos
con lengua pincelada.
En tu sueño de ojos abiertos
mis caderas son de aire
y tus alas de fuego
danzamos hasta el imposible final
de la cumbre y de la llama.
Todas las habitaciones
me sacias de grano y de semillas
haciendo de la timidez vegetal
de este bosque de complejas madreselvas
un mar de selvas omnívoras.
Me tienes el vientre como alacena
colmada de libros y códices vertidos
entregado recipiente soy
de tu hambre impaciente.
Me vistes de fino palio
atravesado de sol,
por esos ojos tuyos
que espantan confusiones
y me ordenan los muebles.
Eres hombre encontrado
en el umbral de mis versos
que son como los tuyos
con lengua tintada
buscando tu pincelada.
Constanza Everdeen © ®
sábado, 15 de junio de 2019
Este amor.
Este amor nuestro
es una travesía de claroscuros
descubriendo los sabores
de albas y puestas de sol
de los mares y clamorosas bahías,
como dos enamorados
y su ejército de luciérnagas,
adornando la noche y el lecho
donde se conceden los deseos
y nos gemimos antiguas canciones.
Este amarre nuestro
de morteros irisados y salitre
es la envidia del océano y del puerto
cuando quieren engullirnos
y ya nos hemos devorado
hasta hacernos fino polvo de perlas.
Esta historia nuestra
que no teme ser escrita
es un vuelo hundido e insaciable
de mamífera oscuridad
de lechosas y dichosas paredes
que nos guardan
estas ganas subterráneas
de bendecirlo todo.
Constanza Everdeen ®
miércoles, 12 de junio de 2019
Vienes
Vienes y hasta el abandono sonríe
ese que duerme a los pies de mi cama
y no dice palabra ni pide bocado
porque se siente acompañado
y ya tiene un sentido.
Vienes y hasta el olvido sonríe
ese que ya solo es recuerdo vivo
y no llora ni ansía futuros
porque se siente vivido
y ya ha aprendido a amar su memoria.
Vienes y mi cuerpo sonríe
ese que haces infinito en el tuyo
y grita, llora, ansía y pide bocado
porque te siente como el centro del fuego
porque sabe que vienes.
Vienes y quiero que vengas
porque eres tú,
porque eres tú quien vienes.
Constanza Everdeen © ®
ese que duerme a los pies de mi cama
y no dice palabra ni pide bocado
porque se siente acompañado
y ya tiene un sentido.
Vienes y hasta el olvido sonríe
ese que ya solo es recuerdo vivo
y no llora ni ansía futuros
porque se siente vivido
y ya ha aprendido a amar su memoria.
Vienes y mi cuerpo sonríe
ese que haces infinito en el tuyo
y grita, llora, ansía y pide bocado
porque te siente como el centro del fuego
porque sabe que vienes.
Vienes y quiero que vengas
porque eres tú,
porque eres tú quien vienes.
Constanza Everdeen © ®
lunes, 10 de junio de 2019
Yo esperaba al niño.
Sin saber cómo estoy en pie,
me descubro igual que el ciprés solitario
soñando en la penumbra de los muros de piedra
guardeses de historias enterradas,
de vidas que no supieron derramar lágrimas.
Barrí las hojas secas de las losas
y compartí la soledad de mis muñecas
con mi fiel compañero el silencio,
el ángel azul que me lame las heridas
sin hacer preguntas.
Repartí flores desobedientes
entre los golpes
y el espacio aterrador
de mis rodillas separadas,
las mismas que me vieron correr
como la luz de un cometa
en ese patio de malas sombras.
Yo esperaba al niño...
y estoy en pie,
siempre rodeada de azules,
siempre acompañada de umbra,
siempre has estado aquí...
Constanza Everdeen © ®
me descubro igual que el ciprés solitario
soñando en la penumbra de los muros de piedra
guardeses de historias enterradas,
de vidas que no supieron derramar lágrimas.
Barrí las hojas secas de las losas
y compartí la soledad de mis muñecas
con mi fiel compañero el silencio,
el ángel azul que me lame las heridas
sin hacer preguntas.
Repartí flores desobedientes
entre los golpes
y el espacio aterrador
de mis rodillas separadas,
las mismas que me vieron correr
como la luz de un cometa
en ese patio de malas sombras.
Yo esperaba al niño...
y estoy en pie,
siempre rodeada de azules,
siempre acompañada de umbra,
siempre has estado aquí...
Constanza Everdeen © ®
viernes, 7 de junio de 2019
No solo son ojos.
El terral me aprieta entre sus brazos
colmándome de asfixias
dejándome ciega de deseos,
repleta de palabras desvanecidas,
en estos labios que te llaman.
Me tienes el corazón lleno
de hermosas certezas
todas múltiplo de ti,
todas guardadas bajo siete llaves
ante el portal de tus milagros.
No se lo digo a nadie
pero he vendido mi sombra
a los mitos invisibles
que me traes a la vida,
solo por ver cómo te abres al día,
cada día
y paseamos de la mano sin prisa.
Pintando el paisaje, la escena y la vida
me haces las tardes de virtuosos requiebros,
arrullándome con esa virilidad sensible
vestida de rayas verticales
que enderezan toda rémora.
No solo son ojos
los que nos ven brillando juntos
entre las dunas vertidas
como espejismos en el mismo horizonte,
también nos ve
el corazón de todas las cosas.
Constanza Everdeen © ®
colmándome de asfixias
dejándome ciega de deseos,
repleta de palabras desvanecidas,
en estos labios que te llaman.
Me tienes el corazón lleno
de hermosas certezas
todas múltiplo de ti,
todas guardadas bajo siete llaves
ante el portal de tus milagros.
No se lo digo a nadie
pero he vendido mi sombra
a los mitos invisibles
que me traes a la vida,
solo por ver cómo te abres al día,
cada día
y paseamos de la mano sin prisa.
Pintando el paisaje, la escena y la vida
me haces las tardes de virtuosos requiebros,
arrullándome con esa virilidad sensible
vestida de rayas verticales
que enderezan toda rémora.
No solo son ojos
los que nos ven brillando juntos
entre las dunas vertidas
como espejismos en el mismo horizonte,
también nos ve
el corazón de todas las cosas.
Constanza Everdeen © ®
miércoles, 5 de junio de 2019
Animales valientes.
Ardo en cada giro de la rueda
ardo como arde el húmedo bosque
habitado por criaturas desveladas
de lenguas perversas
y lanzas erguidas.
Ardo en la hoguera de tu pecho
ardo como arde la orografía del deseo
en el solsticio lechoso
derramado sobre la piel.
Ardo en los nudos tensados y raíces
ardo como arde la arena
al crepitar de la espuma
y el arrastre de las olas.
Ardo en tus manos abiertas
ardo como arde la fuente
sumergida en tu boca
brotando como carnosa orquídea.
Ardemos como arde la locura que creó el mundo y los animales valientes.
Constanza Everdeen © ®
ardo como arde el húmedo bosque
habitado por criaturas desveladas
de lenguas perversas
y lanzas erguidas.
Ardo en la hoguera de tu pecho
ardo como arde la orografía del deseo
en el solsticio lechoso
derramado sobre la piel.
Ardo en los nudos tensados y raíces
ardo como arde la arena
al crepitar de la espuma
y el arrastre de las olas.
Ardo en tus manos abiertas
ardo como arde la fuente
sumergida en tu boca
brotando como carnosa orquídea.
Ardemos como arde la locura que creó el mundo y los animales valientes.
Constanza Everdeen © ®
lunes, 3 de junio de 2019
Sima.
Quieto como el abismo y su escrito
agitas mis simas veraces,
la sangre que te ofrezco,
para que empreñes de azules la vida
y nazcan puentes
que reúnan a los mendigos.
Beso corrido de bermellones
lenguas dilatadas y dilaciones
el cielo espectador sonríe
se torna juez insaciable
al que ahuyento de mis espejos
como la mala suerte
y todos sus números.
Sacudida y sin noción del día
después del océano nocturno,
marejada de verdugos y quimeras,
te muestro mi láctea estrella
para que vengas, amor...
Ven...
inúndame de olvido,
haz que tu nombre se me rompa en la boca.
Constanza Everdeen © ®
agitas mis simas veraces,
la sangre que te ofrezco,
para que empreñes de azules la vida
y nazcan puentes
que reúnan a los mendigos.
Beso corrido de bermellones
lenguas dilatadas y dilaciones
el cielo espectador sonríe
se torna juez insaciable
al que ahuyento de mis espejos
como la mala suerte
y todos sus números.
Sacudida y sin noción del día
después del océano nocturno,
marejada de verdugos y quimeras,
te muestro mi láctea estrella
para que vengas, amor...
Ven...
inúndame de olvido,
haz que tu nombre se me rompa en la boca.
Constanza Everdeen © ®
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