El terral me aprieta entre sus brazos
colmándome de asfixias
dejándome ciega de deseos,
repleta de palabras desvanecidas,
en estos labios que te llaman.
Me tienes el corazón lleno
de hermosas certezas
todas múltiplo de ti,
todas guardadas bajo siete llaves
ante el portal de tus milagros.
No se lo digo a nadie
pero he vendido mi sombra
a los mitos invisibles
que me traes a la vida,
solo por ver cómo te abres al día,
cada día
y paseamos de la mano sin prisa.
Pintando el paisaje, la escena y la vida
me haces las tardes de virtuosos requiebros,
arrullándome con esa virilidad sensible
vestida de rayas verticales
que enderezan toda rémora.
No solo son ojos
los que nos ven brillando juntos
entre las dunas vertidas
como espejismos en el mismo horizonte,
también nos ve
el corazón de todas las cosas.
Constanza Everdeen © ®
Bellísimo
ResponderEliminarGracias, corazón
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