Vuestro empeño en querernos sumisas,
nos hace cada día más libres.
Un espíritu fuerte sabe clavar las rodillas en el suelo,
pocos de los que permanecen en pie y observan están a la altura.
Cada mujer es una única luna salvaje que nunca abandona sus tareas.
Si miramos hacia la tierra es porque no nos interesan vuestros miedos.
Sabemos que hay mucho por nutrir,
por eso hoy paramos.
La censura proviene de las almas débiles.
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