Te paseas ante mis ojos inconsciente del fuego,
te persigo ávida sin mirarte,
en vehemente consecución de mi cánido designio.
Reclamo y me das aguaceros intermitentes,
donde bailo al ritmo de los tambores de tu pecho.
Pienso y camino inane,
codiciando entregas,
resistiendo sequías en las manos.
Se graban en ellas líneas de ausencias y lacónicas supernovas.
Me rindo a la estela fugaz del astro que me reina,
cedo a su gobierno para no perderme entre rebelión de vendavales.
Anhelo que se te haga incontable el número que destinas a los hados,
que sientas la revelación
y te arrojes a mi esfera en llamas.
martes, 29 de mayo de 2018
sábado, 26 de mayo de 2018
Siempre elegante.
Como Hades emergiendo desde la profundidad de mis entrañas,
el otro día casi te deseo el mal.
Pero lo hice bien,
deseé tu caída amortiguada sobre ese lecho neumático,
del color del que nunca tintaría mi cabello.
Lo hice bien, sí.
Porque estando a finales de verano,
una sabe que no puede pedir primaveras tardías,
y hay un estatus de madurez y maestría que mantener.
Para que no corra la sangre, corre la tinta,
y te escribo sobre fases lunares,
con la esperanza de que entiendas mis cíclicos demonios.
No hallarás nada más puro y veraz,
contenido entre curvas y sensuales aromas.
Porque en ese lugar en el que temo tu orden,
yo desordeno la ropa y silencio los insomnios.
jueves, 24 de mayo de 2018
Conviene recordar.
Hay días que la mirada se nos vuelve un asilo abandonado.
Se mueve el cuerpo en un ir y venir impersonal,
como roedores en una rueda sin fortuna.
Un destello repentino y reparamos en nuestras manos huecas.
Resuena en ellas el eco de lo que acariciaron,
sin saber cómo lo desposeyeron,
en un cuándo despiadado que avanza,
resistiéndose a su término.
Renegando lo que ya está en tinta sobre papel,
el alma se transfigura en un objeto perdido que nadie reclama.
Lástima y no de que mis lágrimas no sean tan volubles como tus entrañas,
pero recordar es pasar por el corazón dos veces
y yo no nací para ser desierto si no para conjugar la lluvia.
Ese conjunto de latidos generosos con los que conjurar las vidas.
Se mueve el cuerpo en un ir y venir impersonal,
como roedores en una rueda sin fortuna.
Un destello repentino y reparamos en nuestras manos huecas.
Resuena en ellas el eco de lo que acariciaron,
sin saber cómo lo desposeyeron,
en un cuándo despiadado que avanza,
resistiéndose a su término.
Renegando lo que ya está en tinta sobre papel,
el alma se transfigura en un objeto perdido que nadie reclama.
Lástima y no de que mis lágrimas no sean tan volubles como tus entrañas,
pero recordar es pasar por el corazón dos veces
y yo no nací para ser desierto si no para conjugar la lluvia.
Ese conjunto de latidos generosos con los que conjurar las vidas.
martes, 22 de mayo de 2018
Definición: Asolado.
Paisaje espectral sin tu aparición.
Víscera sin presupuesto ni financiación para la reconstrucción.
Lo de después.
Víscera sin presupuesto ni financiación para la reconstrucción.
Lo de después.
sábado, 19 de mayo de 2018
Metales de referencia
Tú ya sabes que todas mis intenciones,
son abatibles al peso liviano de tu cuerpo.
Sonríes seguro pero yo te leo los temores invisibles.
En medio de esta empírea floresta,
de inquietudes indomables,
regamos con vino el temporal.
Hacemos de cada aroma,
una misa negra,
raíces invencibles para agarrarnos fuerte,
por si salimos volando.
En una fragua de guarismos y letras impares
entre soles sucesivos
se escriben líricos informes,
sobre amores que ayer nos parecían imposibles.
Constanza Everdeen ® ©
son abatibles al peso liviano de tu cuerpo.
Sonríes seguro pero yo te leo los temores invisibles.
En medio de esta empírea floresta,
de inquietudes indomables,
regamos con vino el temporal.
Hacemos de cada aroma,
una misa negra,
raíces invencibles para agarrarnos fuerte,
por si salimos volando.
En una fragua de guarismos y letras impares
entre soles sucesivos
se escriben líricos informes,
sobre amores que ayer nos parecían imposibles.
Constanza Everdeen ® ©
jueves, 17 de mayo de 2018
Sin fondo de armario.
Señalándote el norte perdí el rumbo.
Me convertí en nómada suicida de tus formas deshabitadas.
Pasé hambre bajo los puentes que te construí.
No se secó el cauce porque desbordé como afluente entregado.
Un día me levanté, abrí tu armario y no encontré nada que ponerme
Todo era un paraje despoblado donde nada era de mi talla,
sin ternura que vestirse.
Me fui como vine, desnuda
con el cuerpo y alma flexible a la vida,
y un par de estigmas que ahora son una constelación en mi piel.
Un recordatorio sin alarma,
de que con los despojos de tanta miseria,
el que se hizo un traje, fuiste tú.
Me convertí en nómada suicida de tus formas deshabitadas.
Pasé hambre bajo los puentes que te construí.
No se secó el cauce porque desbordé como afluente entregado.
Un día me levanté, abrí tu armario y no encontré nada que ponerme
Todo era un paraje despoblado donde nada era de mi talla,
sin ternura que vestirse.
Me fui como vine, desnuda
con el cuerpo y alma flexible a la vida,
y un par de estigmas que ahora son una constelación en mi piel.
Un recordatorio sin alarma,
de que con los despojos de tanta miseria,
el que se hizo un traje, fuiste tú.
martes, 15 de mayo de 2018
Definición: Decepción
Rotura de uno o varios hechizos.
En la ley de la desproporción del amor, aquello que cuanto menos se espera más desmesurada será la fragmentación coronaria.
En la ley de la desproporción del amor, aquello que cuanto menos se espera más desmesurada será la fragmentación coronaria.
lunes, 14 de mayo de 2018
Más de mil.
Tengo más de mil leyendas para desvelarte las noches.
Para aplacar voluntariamente tu tormento.
Erosionando el cantil, fundiendo el hielo,
abriendo sendas de letras floridas donde te reconcilias con todo.
Guardo más de mil mitos dentro de una cajita para que nada se te desarme.
Versando tu sangre,
te devuelvo a la esperanza.
Besando tu carne,
te hago justicia en el averno.
Escondo más de mil cuentos en cadena,
para anclarte a la cara oculta del rebalaje.
Soy lo que aparece en tus sueños después de frotar la lámpara,
el santuario de tu condena.
El lugar donde cada vez que mueres, más te agarra la vida.
Para aplacar voluntariamente tu tormento.
Erosionando el cantil, fundiendo el hielo,
abriendo sendas de letras floridas donde te reconcilias con todo.
Guardo más de mil mitos dentro de una cajita para que nada se te desarme.
Versando tu sangre,
te devuelvo a la esperanza.
Besando tu carne,
te hago justicia en el averno.
Escondo más de mil cuentos en cadena,
para anclarte a la cara oculta del rebalaje.
Soy lo que aparece en tus sueños después de frotar la lámpara,
el santuario de tu condena.
El lugar donde cada vez que mueres, más te agarra la vida.
jueves, 10 de mayo de 2018
Líneas.
Como en las líneas de mis manos cuando están vacías de ti,
o en las muescas desesperadas de la pared que cuentan días
y delatan las noches de cabecero en frenesí.
Otras veces en la rectitud de tu horizonte,
ése que por complaciente desafío , no quiero alcanzar.
En los pliegues que se forman,
cuando no existe ni céfiro ni edad entre tu cuerpo y el mío.
En las curvas sinuosas de mi voluntad
o en el contorno oneroso de las nubes que no conminan nuestra tormenta.
Te descubro irreflexivamente en esa sucesión atemporal,
antes emanando como raudal paralelo,
ahora arrojándose como corriente perpendicular,
a nuestro "te amo".
Constanza Everdeen ® ©
martes, 8 de mayo de 2018
Sin razones.
Quizá tengamos razones para esperar sentados.
Razones para despojarnos de miserias y verdades,
para devorarnos las mentiras y fingir que no llueve.
Razones para maquillar las sombras y regar el infierno
con ganas de las buenas.
Todas las razones para quedarnos o salir corriendo.
Dejarnos miguitas por si queremos regresar a la curva donde nos matamos.
Recordar todas las razones que sin miedo,
desafiando a toda aritmética e intención,
nos hacían temblar las piernas.
Quizá así nos demos cuenta de que no hemos olvidado las razones,
encontremos la rima dentro de la arritmia,
y lejos, muy lejos de la sinrazón.
Razones para despojarnos de miserias y verdades,
para devorarnos las mentiras y fingir que no llueve.
Razones para maquillar las sombras y regar el infierno
con ganas de las buenas.
Todas las razones para quedarnos o salir corriendo.
Dejarnos miguitas por si queremos regresar a la curva donde nos matamos.
Recordar todas las razones que sin miedo,
desafiando a toda aritmética e intención,
nos hacían temblar las piernas.
Quizá así nos demos cuenta de que no hemos olvidado las razones,
encontremos la rima dentro de la arritmia,
y lejos, muy lejos de la sinrazón.
domingo, 6 de mayo de 2018
Un tramo de órbita.
Bajo esta versátil y rojiza maraña de llamas indomables,
anda la libido confusa,
planteándose un trío con la impaciencia y tu recuerdo.
No es carencia si no querencia,
el deseo de llenarte,
esos rincones de la vida.
Hacer de este imperio,
una danza de excesos y humildades,
que nutran lo que merecemos.
Entre tanto,
vuelo en mi órbita excéntrica,
con cuidado de no abrir la caja para que no se te desmorone el mito.
Colmando tus insomnios con metales retorcidos,
en contención de mis preguntas,
y encaje blanco por si hay que firmar la paz.
Porque desde que te asomas a mi ventana,
a ti se te han aparecido todos los mares,
y a mi ,me han regresado todas las palabras.
Constanza Everdeen ® ©
anda la libido confusa,
planteándose un trío con la impaciencia y tu recuerdo.
No es carencia si no querencia,
el deseo de llenarte,
esos rincones de la vida.
Hacer de este imperio,
una danza de excesos y humildades,
que nutran lo que merecemos.
Entre tanto,
vuelo en mi órbita excéntrica,
con cuidado de no abrir la caja para que no se te desmorone el mito.
Colmando tus insomnios con metales retorcidos,
en contención de mis preguntas,
y encaje blanco por si hay que firmar la paz.
Porque desde que te asomas a mi ventana,
a ti se te han aparecido todos los mares,
y a mi ,me han regresado todas las palabras.
Constanza Everdeen ® ©
jueves, 3 de mayo de 2018
Otro punto de sutura.
Le dije al mar que según para qué mensajes, es mejor que la botella que arroje esté llena.
Me quedé mirando un reloj con agujas sin sentido,
rodeada de un cementerio de elefantes sin memoria,
pasando la hoja a un calendario de días inciertos.
La cara oculta del amor es liberar el sufrimiento en defensa propia,
masticar los cristales rotos y descubrir su dulce sabor.
Le puse voz al amor para no acallar la herida,
y me quedé con las letras en las manos.
Te escribí el mar y el cielo con la esperanza de ver una revelación en tus ojos,
pero sólo me vi a la deriva flotando en tu iris airado.
No sé en que marea te perdiste,
ni cuándo se hizo Noviembre y abandonaste mi silencio.
Solo sé que tu inclinación al derribo,
no pudo con mi revolución.
Constanza Everdeen ® ©
Me quedé mirando un reloj con agujas sin sentido,
rodeada de un cementerio de elefantes sin memoria,
pasando la hoja a un calendario de días inciertos.
La cara oculta del amor es liberar el sufrimiento en defensa propia,
masticar los cristales rotos y descubrir su dulce sabor.
Le puse voz al amor para no acallar la herida,
y me quedé con las letras en las manos.
Te escribí el mar y el cielo con la esperanza de ver una revelación en tus ojos,
pero sólo me vi a la deriva flotando en tu iris airado.
No sé en que marea te perdiste,
ni cuándo se hizo Noviembre y abandonaste mi silencio.
Solo sé que tu inclinación al derribo,
no pudo con mi revolución.
Constanza Everdeen ® ©
miércoles, 2 de mayo de 2018
58 minutos.
Hablabas de ser agua,
yo esperaba una ilusoria previsión de lluvia,
con el paraguas roto,
en un andén fantasma.
Ahogamos los gritos por temor a que toda réplica,
fuera el eco de lo que fuimos.
Evité las transparencias,
con una combinación de decepciones
y algún depósito de sangre.
Falsamente nos sorprendió la rutina en la retina,
tú detonaste la caja,
yo apreté el gatillo,
nadie recogió el escombro.
Una demora de una hora,
o de incluso 58 minutos menos,
dejan los versos fríos en el plato.
El tiempo no significa nada,
pero siempre resulta mortal.
Constanza Everdeen ® ©
yo esperaba una ilusoria previsión de lluvia,
con el paraguas roto,
en un andén fantasma.
Ahogamos los gritos por temor a que toda réplica,
fuera el eco de lo que fuimos.
Evité las transparencias,
con una combinación de decepciones
y algún depósito de sangre.
Falsamente nos sorprendió la rutina en la retina,
tú detonaste la caja,
yo apreté el gatillo,
nadie recogió el escombro.
Una demora de una hora,
o de incluso 58 minutos menos,
dejan los versos fríos en el plato.
El tiempo no significa nada,
pero siempre resulta mortal.
Constanza Everdeen ® ©
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