miércoles, 25 de julio de 2018

Inundación.

Nada más frío que arder solo,
entre escombros y chispas extenuadas
ráfagas y memorias flagelantes
de toda huella de ti en mi.

Nada más triste
que el vaivén de pétalos
carnívora redención de sí o no
hasta agostarse el jardín.

Nada tan lejano como tu espalda
cuando las sábanas permanecen intactas,
o tu voz al otro lado
sin hilo ni cuerda a la que atarme.

Ojalá todo marcas de agua
eterna inundación
de lo que en un tiempo
te desbordó.

Ojalá todo lo escrito
te recuerde a mi.



Constanza Everdeen ® ©







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