Hay sonrisas que despiertan todo un maridaje de sabores,
son como una lluvia de estrellas coleópteras al borde los labios.
Despejan nubes y lo anegan todo,
estremeciendo los espacios vulnerables.
Emanan el calor del sol
pero no derriten las alas sino los miedos.
No entienden de fatalidades ni "fractalidades",
invaden con sencilla luminosidad.
Hacen que te olvides cuestiones y respuestas,
juegan contigo a adivinanzas de niños ya crecidos.
Son capaces de despeinarte espontáneamente
como si hubiese pasado un vendaval,
pero solo sientes la brisa, te rozan la piel.
Capaces de suscitar el combate, te desarman.
Irradian preliminares y estío, desnudan,
con efecto opiáceo y malicia sutil.
Te atraviesan el ánima, fulminan tu mal día,
eclipsando dramas y teorías.
Las más poderosas, las de verdad,
son las que te recuerdan la dulzura,
esas...
Esas son las sonrisas que dibujan la tuya.
Posdata:
Haz sonreír siempre.
Wow Constanza que belleza, me encantó este poema¡¡
ResponderEliminarGracias Maricel por tus palabras y tu sonrisa!
EliminarExcelentes palabras...Empieza ya con una fuerza increíble y su final colosal. Enhorabuena. Muy bonito poema
ResponderEliminarGracias como siempre compañera, un abrazo.
EliminarBellísimo poema. Me encantan tus versos. 🎩
ResponderEliminarMuchas gracias, saludos desde el otro lado del oceáno.
EliminarHagamos, entre todos, que esas sonrisas siempre estén "vivas y latentes"...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hagamos infinito ese tesoro...! Abrazo de vuelta.
Eliminar