A diario te abordo
y soy captura
de tus pólenes invasores
volada entre tus velas
agitadas por el viento,
desafío al alba
adorando tu sombra de serbal.
Me parpadea el alma
ante tu cercanía
como una llama
que crece silenciosa
queriendo alcanzar
lo imposible
de tu tierra solar.
Desvanezco ocurrencias
entre las nubes rápidas
como luciérnagas inesperadas
peinando la brújula,
trenzándome las quimeras.
No concibo otras semillas
brotando en lo salvaje
en todo lo que alumbra
y está vivo de utopías.
Ávido el amor
cada amanecer es un salto
una victoria sin espadas,
la conquista de un destino
elegido e indomable.
Constanza Everdeen © ®
Hermoso poema, pasión desbocada en la docilidad de sus manos. Saludos afectuosos!
ResponderEliminarGracias por tus bellas palabras, compañero. Saludos correspondidos!
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