lunes, 27 de mayo de 2019

Ocho latidos.

Mi amor y su sabiduría llena de lágrimas,
de rayos diamantinos,
es de alquimia entre insomnes fogones
y molinos de agua.

Yo le parpadeo
como mariposa escarlata
con sus letras cosidas
a mi desnudez,
esa que le pertenece
como el bosque.

La luz que me despierta,
me acaricia con su nombre
cuando aún dormito
confundida entre las sábanas,
en la ensoñación de sus semillas
que me saben siempre nuevas.

Mi amor me dibuja reflejos
 y hace la lluvia,
triplicándome el cuerpo
cánido y versado
con el que le espero.

Sus labios afilados me conocen
y me besan a certeras deshoras.
Mi amor no se detiene,
me alimenta de paisajes nivales
donde la voz se pierde en un grito
que levanta el vuelo 
de todos los pájaros del mundo.


Constanza Everdeen © ®

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