lunes, 2 de septiembre de 2019

La tarde.

Te escribo al atardecer
cuando la tinta se torna sangre,
te miro entre aguas
a veces tristes
a veces agitadas.

Te miro callada
como trazas contornos
y detalles desconocidos,
ocultos en la cara de la luna
que se desvive por hacerse visible,
solo a tus ojos.

Me detengo fascinada
en el reflejo de tu estanque imantado,
vivo de colores y aromas de resina,
hondo como nuestras noches astrales.

Transito por selvas silenciosas
paciente espero a que se te desordene el fuego,
y me dibujes senderos de brasas encendidas
que hagan de nosotros
volcanes voladores.

Te escribo versos extendidos,
besos que quieren alcanzarte
procurarte la sed y este manantial,
siempre de agua nueva.

Te miro, te espero, te escribo
en esta tarde distante y declinada.


Constanza Everdeen ® ©

2 comentarios:

  1. Versos extendidos de transparencia ígnea.
    Un nítido y cuidado círculo de lava envuelve cada verso...

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