Te escribo al atardecer
cuando la tinta se torna sangre,
te miro entre aguas
a veces tristes
a veces agitadas.
Te miro callada
como trazas contornos
y detalles desconocidos,
ocultos en la cara de la luna
que se desvive por hacerse visible,
solo a tus ojos.
Me detengo fascinada
en el reflejo de tu estanque imantado,
vivo de colores y aromas de resina,
hondo como nuestras noches astrales.
Transito por selvas silenciosas
paciente espero a que se te desordene el fuego,
y me dibujes senderos de brasas encendidas
que hagan de nosotros
volcanes voladores.
Te escribo versos extendidos,
besos que quieren alcanzarte
procurarte la sed y este manantial,
siempre de agua nueva.
Te miro, te espero, te escribo
en esta tarde distante y declinada.
Constanza Everdeen ® ©
Versos extendidos de transparencia ígnea.
ResponderEliminarUn nítido y cuidado círculo de lava envuelve cada verso...
Versos y besos de lava, lavados con agua de jazmines...
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