martes, 29 de diciembre de 2020

Un hogar de tentaciones.



Irrumpe, no me tengas piedad
mata el hambre y el cuchillo
quema lo salvado
y llévatelo lejos.

Envuelve todo de ingrávidas caricias
vuelo de garza en la bruma,
eriza el manso pelaje del animal herido,
que desborde tu dulzura 
conquistadora de verdades,
dame el sabor perturbador de la tortura.

Nos quiero ahogados
en el diálogo amotinado y oceloso,
espoleando los caballos salvajes de tus ojos
compitiendo por la extensión desnuda.

Y sentirnos como las primeras manos
en la única tierra habitable,
en los párpados infinitos de un sueño real
dentro de un hogar de tentaciones.



Constanza Everdeen © ®

martes, 22 de diciembre de 2020

Adviento



Esta añoranza que parece haberte esperado siempre
deambula por los cuartos vacíos de la noche
entre flora de agua y lágrimas sembradas
imaginando profusos y luminosos porvenires,
el llanto alegre de jazmines por saber que existes.

Algún día se llenarán de sangre las incertidumbres,
y guiado por las llamas de mi lumbre
volverás remontando un río rebelde,
cortejando a todas las sombras
con ramos de fraguas coloridas,
exponiéndote seguro, dando pasos de hierro
al cruzar las puertas de aquella casa
por donde huyeron otros fuegos.

Me vestirás con los lazos enredados de tu lengua
de confiadas y sanas incivilizaciones, 
ya perdidos y desnudos entre nuevas construcciones
consintiéndonos todo lo guardado,
yo me dejaré querer
como si no te conociese.



Constanza Everdeen ® ©

sábado, 12 de diciembre de 2020

Algo sencillo.


Hoy quisiera algo sencillo y extraordinario
que me dejaras una nube inmaculada dentro,
y descansáramos como cúmulos descargados
sobre el candor de un hogar naciendo,
que fuese la lluvia antigua y renovada
nodriza de esta luz nueva en lo cotidiano.

Te pediría que me hablaras sobre las cosas que cambian, 
excepto el horizonte, 
que nunca es el mismo
pero siempre tiene tu forma.

Quizá unos juegos de adivinación,
miradas entramadas en el humo de los cigarrillos
y beber de esa copa de vino
que siempre procuro tener medio vacía
para que tú me la llenes de sed.

Practicar el tiro con el arco imposible 
trazado de un solo trazo por la virtud de tus manos,
con la lectura de una templada novela
debatir su nudo, combatir hasta el desenlace.

Acoger motivos y rincones abandonados
paseando de tu brazo,
el lugar donde se sostiene mi mundo
y se hace fuerte el tuyo.

Para que nos vean los descreídos y que no lo crean.


Constanza Everdeen ® ©

sábado, 28 de noviembre de 2020

Entramados.



Esa parte que no duerme 
es un camino hacia el crimen.
Una trama ensayando pasos de danza, 
el giro del beso afilado, abierto a ti
esperando esa cita quemante 
de invierno seducido,
porque cuando el encuentro es en tu boca,
la mía se inicia.
Tu lengua habla mi lengua,
se tornan raíces voraces
queriendo poseer todo lo que alcancen,
mientras los cuerpos friccionan sus hambres 
como si formaran un nuevo continente
donde entenderse y morir.
Dentro de esa fuerza insomne
la luz de un faro que grita
lanza naves blancas, 
colas de sirenas bailarinas
al lugar más alto del infierno,
en caída desbaratada y ciega
rompiéndolo todo en lágrimas
cada vez más pequeñas.


Constanza Everdeen ® ©

jueves, 19 de noviembre de 2020

Albatrosfera.


Vuelan los pájaros del mar
sobre las dunas calladas de los cuerpos,
trazan círculos vigilantes
entre la calima del sexo.

El sol también descansa
cubriendo de templados roces
el reposo del amor,
parece una isla mecida y flotante
hecha de escamas relucientes,
abrazadas a la falta de aliento
como una marina extraña transpirando,
fatigada de ritmos entrantes.

Pronto la esfera de la oscuridad
despertará el deseo, siempre virgen,
dos ánimas con piel y dientes
hundiéndose en colisión de fronteras,
las manos reconciliadas, llenas
la libertad reconociendo su tierra
y los graznidos de las aves celebrando.

Más tarde la lluvia de sal,
el aire cargado de densas fragancias,
una sucesión de besos demorados
hasta que no queden orillas, ni odios
levantarán las ruinas, una casa bonita
con vistas constantemente nuevas,
a las aguas anónimas que nos enredan.


Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Más que cercano es que te quedes.



Más que cercano es que estés dentro
muriendo en mis ojos,
llenándome de colores inventados
las falsas paredes de la vida,
derribada a tu deriva 
en tus labios bien centrada.

Más que cercano es que me mires
en la perfecta y singular simetría
de nuestros cuerpos dándose,
mientras borra el diluvio
las huellas que nos han traído.

Más que cercano es sentirnos con la misma voz
como nómadas táctiles y creativos 
haciéndonos el misterio más grande
sobre el lienzo de la intimidad abierta 
y siempre recogida, en la caricia de la primera vez.

Más que cercano es que tu pensamiento vuele
y espantes todas las ausencias
sacando de la fatalidad, mi sonora carcajada
y recites hasta las recetas 
más humanas e inmortales,
solo por verme bailar.

Más cercano es que te quedes.



Constanza Everdeen ® ©


viernes, 6 de noviembre de 2020

Constancia en tu tiempo.

Canto para acercarme a ti

y me visto de flores,

de conceptos al revés

para que les des forma.


Abro los visillos

te muestro mis creencias,

los pomos olvidados de algunas puertas

y te llamo por otro nombre

que también es el tuyo.


Me atrevo a decirte

que quiero darte mis costumbres

que participes de esta travesía

entre los campos de lavanda que me abres

y que dulcemente te miran.


Hago bucles y figuraciones

en las ondas de tu pelo,

me pierdo en tu aroma de mar calmado

y soy libre prisionera

en la constancia de tu tiempo.



Constanza Everdeen ® ©




sábado, 31 de octubre de 2020

Sicalíptica mente.



Avanza la noche como una idea oscura
hay nombres quemándose en los neones rojos 
andas apretándome las sombras con la sed,
separándome los muslos con tus versos húmedos.

En este silencio no está Dios,
huye por las calles estrechas
por donde muere el cuerpo
y crecen las órbitas 
de un Géminis en llamas.

Se funden las leyes en tu boca diabólica
amenazando la resistencia de mis tres vértices
tiemblan mis juicios,
soy el agua devorada,
la rueda indisciplinada de tu molino.

Podrías llenarme la casa de hortensias azules,
que todos los disparates
tentados de escaparates,
del brillo de las mercancías,
me arderían igual.



Constanza Everdeen ® ©




martes, 27 de octubre de 2020

Piromántica.


Te espero llena de azúcar,
moviéndome en una tormenta de tecnicismos
por la vereda que abre el fuego,
así llamo a nuestro otoño alfabetizado
de cálida lluvia y hojas de caramelo
y aún estando a falta de tus caricias,
de poder quitarte el frío 
con la piel de un lobo,
te bailo estas fiebres
como si me vieras.

También ruge el silencio
dentro de esta fortaleza de antídotos,
de curas a oscuras,
pócima de sílabas y saliva
que lame tus erizadas dorsales.

Me entras con toda la admiración que te tengo
y caída me dejas sobre el lecho dorado
en mitad de un embriagado equinoccio,
envidia de la juventud y del estío.

Porque es en el declive del sol
cuando el hayedo está más colorado
con la plenitud temblorosa 
de los que eligen vivir 
entre verdaderas riquezas.


Constanza Everdeen ® ©



sábado, 24 de octubre de 2020

Versos homicidas.



Me gustaría tenerte aquí
sentado a mi lado
deseándote como yo te deseo,
mientras la lluvia escucha
nuestra conversación cómplice,
este diálogo silencioso
pleno de las tildes estilizadas
con las que habla la fantasía.

Compartir la misma manta
y  pensamientos homicidas
morir juntos, 
igual que en las películas
de héroes anónimos,
donde la intimidad se funde
con la tenue luz de las lámparas.

Y fingir la calma 
y no tener prisa,
hacer del ansia del cuerpo
la del alma emocionada,
al llamarnos por el nombre.

Porque decir el tuyo 
es como estar ante la gran ciudad 
que uno sueña al leer novelas,
después de haber cruzado varios páramos
que también son la vida.

Sentir números cayendo en cascada
por la partitura estremecida 
mirar tu secreto y no descubrirlo,
quemar el código, toda hoja de ruta.

Vivir porque puedo tocarte,
y entenderte por dentro, 
porque puedo acariciar tus cuerdas, 
tus nudos y clavijas
sueltas, apretadas, desnudas
mientras bailamos la música que nadie oye.



Constanza Everdeen ® ©

domingo, 18 de octubre de 2020

Si es complejo es posible.



Hasta la mañana nebulosa
se asombra de los colores de tu secreto,
sobre la espléndida sonrisa 
se levantan los míos, 
como el azote del viento
en el velero que danza 
con las ruborosas olas.
En todas las formas reales
en las que nos imagino
hay alegría, festivales,
actos carnales e ingeniería,
se levantan poderosos enlaces 
entre las fauces de la vida
y todo es calma combativa,
dibujando disparates en mi espalda.
Pedirte más y matarte sin ruido 
para que solo se oiga el grito,
ante los mitos negros y los músicos
igual que dos aguas mezcladas 
y apropiadamente desvestidas.
En la complejidad del placer
somos cuerpos enteros y sueños posibles,
la versión sencilla de un teorema 
que respira nuestros pasos.



Constanza Everdeen ® ©



sábado, 10 de octubre de 2020

Flores custodiadas.



Esas calladas oraciones que nos unen
suenan en las ramas quietas de los árboles,
en las piedras que no quieren tropezar con nadie.

Hay un hilo cosiéndose al destino que sueña una noche
nacida para ser eterna y flameante
con la voz sigilosamente oscura de un amante,
teje de cerca, los rumores de un río.

Cantos escondidos en los ojos 
reflejan las salvadas tormentas,
el mar es el abismo que llorando crece
y acaricia los temblores de la tierra.

He sentido entre los granos de trigo
que al tiempo no le importaba perder batallas
al brotar las flores custodiadas
cuando todo parece perdido.



Constanza Everdeen ® ©

sábado, 3 de octubre de 2020

Siega.



Y era ayer,queriendo siempre
que abrazaba la palabra más pequeña e inmensa,
tenía tu cuerpo cálido y asustado,
tus ojos de segador clavándome la despedida,
sembrando de verde amargo
esta tierra de valentías doloridas.
Durará más el manantial que la inspiración
y el recuerdo generoso de los membrillos
que te llevaste al calor de tu lumbre
allí donde oscilas tranquilo.
Hoy vuelves a despertar humilde
en tu cripta  de bellas sombras
y desde allí miras las nubes 
que ya no tendrán mi forma,
los sueños serán capítulos 
que la medianoche no lea,
otra brillante y triste historia,
leyenda con otro nombre.




Constanza Everdeen ® ©

martes, 29 de septiembre de 2020

Heterótica poesía.



Abre mi blusa, quémate los dedos
dentro tengo un libro prohibido,
guardo relatos de dudosa decencia
sobre la vida que no quiere ser fingida.
Dicen de los versos rotos,
de la piel arrancada de Anteros
que imploro y desespero
pero hay historias de sangre limpia en ellos,
sucesión de justicias, saltos de agua
que mantienen mi cuerpo entero.
Lo que escribe el alma, lo prende el beso
rebosa en el rubor de los hayedos
en los límites que rebasan tus manos
y hacen de la fantasía, hechos.
Levanta mi falda y recoge esta cosecha,
en la ciudad de los mágicos desastres
hay espacio y fuerza ilimitada
para levantar torres y puentes.
Se Dios en mi umbral,
en las desaforadas fuentes
y esparce como el viento tus sabias semillas,
como savia en los campos de lo incierto.



Constanza Everdeen ® ©


sábado, 26 de septiembre de 2020

Inmune.

Envuelta en la mañana invento la tristeza 
y escribo que he visto el aire,
cómo el invierno se ha vestido con novelas vacías 
ocultando su sed de musgos húmedos. 
Miro el lecho grabado,
los cristales llovidos donde no se refleja el tiempo 
parece una sucesión de ensoñaciones 
de crímenes justificados 
por las calles lascivas de un cuento. 
Los ojos empedrados del día 
siguen el camino lento de las nubes desanimadas 
entre los disturbios murmurantes del alma, 
llora la copa todo el vino, 
sangra la fuente porque no sabe qué hacer 
con tanta inmunidad.






Constanza Everdeen  ® ©

viernes, 18 de septiembre de 2020

Quieta.



Entras en mi voz anudada
con tu pausa visionaria,
dejándome quieta,
derretida como una laguna salada
entre la presión de tus dientes 
y el discurso de tu cuerpo hambriento.

Ahora mismo en otra dimensión
me estás besando,
hundiéndome el nombre 
de todos los rumores alterados
que amanecen en mi cama.

Tu autoridad sujeta las crines de una diosa,
yegua oscura de incierto origen,
con himnos inagotables
desintegrando los fieles mitos
que ya no te salvan.

Mientras hay quien jura 
por la pureza de su vestido,
nosotros y otros como nosotros
se arrancan la ropa, gritan los ríos,
atan el agua para hacerla torrente
y que les caiga poderosa por la vida.

Ahora mismo, aquí y siempre
no hay odio que me alcance
vuelo libre, cada vez más alto
en el cuerpo que elijo 
en el cielo de los valientes.



Constanza Everdeen ® ©


lunes, 14 de septiembre de 2020

Silencio, sinfonía.


Aunque no arda lo incierto
yo creo en las sombras, 
en sus luces de colores,
los matices donde el alma se hace grande
y dibuja espacio para otra vida sin deshoras.

Vengo de tus nubes, entre danzas teatrales
traigo el rayo que aniquila cáscaras,
la escena en la que caen las máscaras
y suena el trueno.

A través de un misterio ruidoso
se llega al silencio de las caracolas.
Allí donde no duermen las mareas,
las grietas de la concha guardan la piel
y el sueño de los otoños distraídos.

En ese instante, en ese mundo
hasta la ilusión está llena 
y por fin descansa
en el fondo de una oquedad sin ojos,
sobre un lecho de calientes monedas.

Me despiertas en un aguacero lejano y hacedero,
con palabras que abonanzan caminos 
en las telas alegres, en los latidos tristes
componiendo dos sinfonías que ríen distintas 
y se silencian a la vez.




   



Constanza Everdeen ® ©



domingo, 6 de septiembre de 2020

Entre voces.



Puedo decirte tantas cosas
sin pronunciar tu nombre...
Decirte por ejemplo
que todo es hallazgo
y ternura de robles,
amilanando las voces más feroces
en las mansas distancias.
Con tu nombre puedo construirte eternidades 
de humo encantado,
lenguas de fuego o roces fugaces,
hacerte del olvido de un poema en tránsito
los lugares más grandes.
En la profunda caída
lluvia de hojas no escritas,
tú me besas lentamente
como besa la luz a la mar dócil
despertando la réplica de pleamares.
En tus manos lo delicado se hace fuerte
y grita discretamente tu nombre,
guardián del mío
cubriendo mi noche sigilosa
de algo que no ya no se puede llamar cercanía.



Constanza Everdeen ® ©

martes, 1 de septiembre de 2020

Mantras desordenados.



Acaríciame como el viento a las dunas,
haz de la brisa el susurro donde te hundas
como un secreto sin edad,
caminando de puntillas
en el beso leve y oscuro.
Moldéame este cuerpo dúctil,
erosiona este deseo sin término,
quiero alcanzar el mar
hasta hacerme óxido y sal
en tus dedos.
Levántame las comisuras
despierta los tejados y los gatos,
llévame a la cumbre más alta de tu cordillera
y déjame caer,
igual que esa gran ola anegadora
que nada te niega.
Desvísteme de este poema,
ante los ojos de un nuevo planetario,
cúbreme con mantras desordenados
frente a esas brasas que envidian nuestro fuego
como ceremonia, tradición que perdura.




Constanza Everdeen © ®


jueves, 27 de agosto de 2020

Escucha esto que no digo.



Una luz que nace del silencio
y hablando silencios vive,
entre las sombras más cercanas
con la mirada de la tierra expiatoria
mira y calla todo,
grita sola.

Puedes oírla...?

Dime otra vez por lo que mueres
y te daré gran parte de la vida
o una porción dulce e infinita
con la que pasar más de una tarde,
no tiene por qué ser domingo
aún así siempre será festivo,
en esta selva que tiene todos los ojos
pero que solo ve los tuyos.

Ahí donde queda la herida,
por encima está el amor
porque a cualquier hora del día, 
te quiero...
y aunque no espere, te espero,
escribiendo oraciones 
que no necesitan jurar 
y conjuran por ti.


Constanza Everdeen © ®

martes, 25 de agosto de 2020

Será por el amor.



Será por el amor o por mi carácter
que dios no escucha lo que no digo,
este alarido, este pálpito de nosotros,
me condena amorosamente a este insomnio
de aromas insoportables acariciando la piel,
donde no existe el viento
y todo esta vestido elegantemente de negro
con el único rigor del misterio,
con que te miro e intento descifrarte.

Muero en un sueño
y revivo entre palabras,
algunas grabadas, otras sin rostro,
me afano en ver y veo.
Veo silencio y las ramas de un árbol
en la distancia, en una isla,
saliendo de entre las piedras,
rozando mi disminuida esperanza
de tenerte otra vez,
entre estas piernas que no caminaron contigo
todo lo que sueñan hasta los sueños.

Será por el amor que yo pueda alcanzarte,
pero hoy, hoy no será.



Constanza Everdeen ® ©

sábado, 22 de agosto de 2020

Cuando no me ves llover.



Que también me veas en la forma de la lluvia
y bajo esa cascada de húmedas tildes
que arrecian tu cuerpo,
te dejes calar.
Entren por tu boca
las palabras que salen de la mía,
que te rebosen las verdades
hasta abrirte la última mirada,
morada del beso que no te daré.
Este sueño de agua correrá por tu calle,
atravesará tu tejado,
hará brillar los mirlos que te llaman
aunque tú no vuelvas.
Las nubes bajas por un momento te alcanzarán,
mis manos serán las tuyas
cubriendo tu corazón dolorido,
cuando no me ves llover.




Constanza Everdeen ® ©

jueves, 20 de agosto de 2020

Canto y llanto.



Cuánto naufragio en cada lágrima,
cabe el infinito en cada celda de agua.
El espíritu cae por el abismo salado
hasta el paradero desolado
donde no responde ni el eco.

Algo dentro de los ojos
no me deja dormir,
el diablo a los pies de mi cama
mira la herida líquida y sonríe,
no existen las cuerdas 
pero sí, los títeres.

Hoy tampoco tiene nombre
y las horas serán igual de lentas,
si me abres el silencio, encontrarás otro
y así hasta donde terminó la voz
y se hizo todo oscuro y resonante.

Quizá mañana sea menos violenta la vida
y me vista de un color bonito,
cercano a tus ojos.
Quizá otro día escriba para que llueva fuera
y pueda unir el llanto,
al canto acogedor del cielo.




Constanza Everdeen ® ©

martes, 18 de agosto de 2020

Tiempo desenfocado.



El tiempo ya no es tiempo sin tu regreso
cuando duermo te espero 
para no ver que no llegas.
Mi búsqueda ya no es búsqueda
es algo parecido a un pensamiento líquido
rumores desenfocados que hablan de ti.
Con sus palabras hago una soledad habitable
donde la nada está callada
y recito a oscuras,
ante los ojos de las cosas.
Objetos sin corazón y con memoria
que entre vetas y cristales
guardan aquello que viví
y quedó quieto,
en un tiempo que siempre es tiempo.




Constanza Everdeen ® ©

sábado, 15 de agosto de 2020

Bajo tierra también hay dimensiones.


Duerme con palabras ahogadas en la boca,
sus sueños bajo tierra 
también tienen los ojos abiertos,
son esmeraldas agitadas en el pecho
buscando aquel sol, 
aquella vereda,
que no fue.

La noche terminada
le sigue pareciendo oscura,
no puede ir más allá
de donde acaba el río.
La pena está hecha de clavos
y de madera a la deriva,
el mar los reclama.

Queda tanto por temer y salvar
que las diosas extenuadas 
llaman a la mujer.
Y ella se levanta lenta
como la gestación de un mundo,
pariendo versos y lágrimas,
soledades a veces abrazadas.

No sabe parar ni morir.

Ahora hay más horas y menos días,
bajo tierra también hay dimensiones.



Constanza Everdeen ® ©

martes, 11 de agosto de 2020

El deseo es cosa seria.

El deseo es cosa seria,
he creído que todos los destinos eran posibles
que detrás de esta puerta labrada de dificultades
esas dos realidades se harían una.

Nos he visto llegar al final,
hasta los acantilados de un tercer libro
lanzándonos del trapecio al mar enredado,
sin redes,
al mar que bien sabes no hace prisioneros.

Desnudo de luz fascinadora,
mi corazón grita por dentro
camina doliente, con dientes cansados
entre las fieles sombras
donde se hunde el silencio en el silencio...

Nadie sabe lo que ocurre ahí.

Duele la libertad cuando se han ido los pájaros,
verlos regresar a su estrella ermitaña,
el nido siempre fue otro
y  mi pelo, la jaula 
en la que ahora se confunden las metáforas.

Han desaparecido los árboles
y el océano queda lejos,
en nuestra amistosa eternidad,
seguiremos aparentemente enteros
como espejos fragmentados.
Subirá el amor entre nosotros, 
entre recuerdos,
en los suspiros escritos, 
sin nuestros cuerpos.

Tú abrazarás otro,
yo, el mío.

Porque hemos latido juntos,
no dejes que se duerma lo despertado,
sigue completo, después de mí.



Constanza Everdeen ® ©

domingo, 9 de agosto de 2020

Almas anónimas.

Tengo el alma fría y el cuerpo aún caliente,
la carne guarda la esperanza de la carne,
el verbo es un desatino sin destino
muriendo en tu boca lejana.

Qué existe entre el hielo y las llamas,
que a toda hora me llama,
en creciente desconsuelo?
Debe ser la realidad y sus ejércitos 
segando fantasías, sembrando quimeras
en un campo ya desierto.

Si acaso un espejismo
donde volver a tenernos
y ser absorbidos por un océano,
hasta lanzarnos a otro margen posible
como en las leyendas de esas costas abruptas
donde salvar la vida es una proeza, 
una poesía anónima y breve
que sueña ser eterna.




Constanza Everdeen ® ©


jueves, 6 de agosto de 2020

Barro canela y barro.

El árbol ya no está
pero la mujer sigue ahí,
barriendo el camino
de amarga y dulce canela
para los postres futuros
y curar las soledades.

Las alas como losas plegadas,
la mirada vacía de tu mirada,
con entrega y sin plegaria
como ánima de un mundo
de lotos subterráneos.

Si estás herido y dices que sabes
no vengas a llamarme,
queda tanto por doler
que no puedo distraerme
de todo lo que muere.

A no ser que tu voz llegue libre
de otros vientos y cenizas...

Entonces, sí,
harás lucir mi puerta,
cada estancia, a cada instante.
Y me escribirás la historia de un nogal
que yo te leeré en el altar de tu abrazo,
así lleguen cálidos inviernos
y los mayores desafíos.


Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 5 de agosto de 2020

Sueño dormido.

La lluvia está dormida en alguna parte
en otro cielo ahora distinto.
Migran los sueños a lares más fríos,
sueños mudos, mudando la piel.
Dentro de un tiempo, las flores,
con sus pistilos cargados de dulces campanillas
abrirán los muros que me guardan.
La calma me saludará con su sombrero
y hará más indómita esta cabellera,
cada vez más salpicada de lunáticas canas
que se perderán en nuevas ganas
y diferentes desconciertos.
Las estrellas volverán a la noche,
como regresa la piel a donde la versan,
como así se retira el amor 
de donde borran sus letras.




Constanza Everdeen ® ©


sábado, 1 de agosto de 2020

Caída.


Mis versos son protesta,
devolviéndome algo de justicia.

Esta soledad no tiene nombre,
es profunda y legítima como el mar
donde ahora se ahogan 
los buques del pensamiento,
en bucles que laten
perdidos en la última cordura.

Mi voz no cubre esta distancia
muere antes de llegar a tu orilla
y también la distancia es la sed 
pero el hambre no muere.

Mi cuerpo busca tu cuerpo,

quiere desaparecer a través de tu piel 

como el agua filtrándose en la roca, 

para abrirte otras cuevas 

de afiladas y caprichosas puntas 

que se claven en el temblor de la tierra. 


Y marcarte de dientes el alma 

mientras rodamos por la umbra, 

entre raíces y saliva, 

frenéticamente llenos, 

hasta esa explosión de colores y fragancias, 

donde te siento llover y llevarme a las estrellas. 


Juntos caemos y es breve.

Y se vuelve oscuro 

y se hace eterno, 

este dolor de no poder decirte,

 
mirándote a los ojos
que mi cuerpo busca tu cuerpo.




Constanza Everdeen ® ©





miércoles, 29 de julio de 2020

Pentaculomicina.

Casi amanece y el fuego llora, 
la paz es para los que no sueñan.
El agua quieta quema las preguntas,
la tristeza abraza este estanque
como un amante con miedo.
La tierra apenas sostiene el derribo,
algo debe estar colocándose
que ya no temo al viento,
porque no trae palabras si no ecos,
ni tiene ilusiones que llevarse.
Mientras la debilidad del espíritu escribe,
te soy más fuerte.


Constanza Everdeen ® ©

sábado, 25 de julio de 2020

El fuego llora.

Aquí estoy con mis cosas que sabes
y las que te miran calladas como piedras,
agarrándome al fuego
que ilumina ese hierro forjado
y mira mi descanso imposible.
Duermo sobre las brasas del vuelo
entre las sábanas del duelo,
no tardaré en mirar el cielo
en mi casa nublada y sola
y hablaré con ese dios sin planes
que parece escuchar a otros.
Llora lagunas la constancia,
ahora es bajel en inmóvil bajamar
abrazado a la pérdida, a otra vida,
se levanta con el alma dormida
más allá, el mundo le duele igual.
Elegí la verdad,
pero la vida no sabe mentir,
en mi océano de ausencias
se ahogan las islas,
corrientes de escritos corrientes
acortando distancias,
donde flotan dispersas esperanzas
que me salvarán.



Constanza Everdeen © ®

domingo, 5 de julio de 2020

Menguante.

Se me va apagando
una estrella en el pecho,
haciéndome del cielo
un fugaz estío
que precede nieves
no tan abundantes.
Un árbol incompleto y no,
fiel a lo perenne,
solitario y encendido
por si vuelves.
Desnudo de consejos
sin sed de sangre,
vencido por lo que uno se lleva
a esa dimensión liviana,
donde nadie teme
la profundidad del mar.
Te paso por el corazón dos veces
y en las dos sonríes,
porque te quiero así
luminosa y sin rencores
como en realidad eres.
No sé qué tiene ese sendero,
no comprendo las bondades de sus piedras
pero si lo has elegido...
para mí, es tres veces sagrado.


Constanza Everdeen ® ©


lunes, 29 de junio de 2020

Limerencia voluntaria.


Cuentan que somos la vida de una flor,
lo volcado en cada pétalo,
la suerte desnuda y arrojada
en las manos aliadas de aquel viento.
Un jardín de huellas coloridas
donde se besa las sed de mil vidas
y de alegría lloran los cúmulos oscuros.


Habla la voluntad limerente,
recita la muerte cuando escribe
sobre la mansa sonrisa en mi rostro,

mordiendo las pacíficas venganzas
que rompen el fuego.


Eres el puente y el abismo,
mis lances combativos
entre tus brazos de piedra,
manan como la sangre sin herida
en el vientre de una mujer pariendo estrellas.


La pura verdad, afilado silencio
cuando te tengo en mi boca y se hace de noche,
en ese instante de lluvia en la garganta de un río
estampida de latidos haciendo libre,
la canción dolorida, la ceguera quemada.



Constanza Everdeen ® ©

domingo, 14 de junio de 2020

Acaudalados.

Todos los ríos corren en ti
vertiéndose en mi tiempo de luna,
afloran flameantes vetas en el ocaso
abriendo la tierra tremulosa
que se esconde en mi regazo.


La luz de tus brazos me acoge,
eres alma de centellas besándome despacio,
se desvive mi descanso imposible
en las húmedas comisuras
de tu mundo misterioso.


Dentro de mi sueño eres como quiero,
dócil y fiero, sin silenciar oscuridades,
allí giramos como extrañas hélices
herederas de la umbra más hermosa.


Númenes danzantes , brisa envolvente
entre la cadencia y la caricia
que baila en nuestros dedos nómadas,
los ráfagas despreocupadas del viento
peinan esta plétora de ilimitados nombres.



Constanza Everdeen ® ©

lunes, 8 de junio de 2020

Descenso al paraíso.

Mis ojos se buscan en tus ojos 
en la dimensión de un mar distinto,
donde el abierto esplendor de la locura
estalla como las olas combativas
en el iris de una roca que no duerme.


Desciendo al encuentro de tu amor
y en el vértigo de esa montaña
viene a la vida el río hundido en su delta,
los cantos arrastrados son melodía
de aguas claras y rompientes.


Elevados en una corriente de libre espuma
nos asomamos a la nueva verdad
con la mirada de los ciervos oscuros,
nace el paraíso de los primeros fuegos
de los últimos fríos entre las hojas perennes.


Qué haremos al alcanzar el fondo?
hacia qué páramos huirá la tristeza?
cómo domará el viento la furia
y el recuerdo al tiempo?




Constanza Everdeen ® ©







jueves, 28 de mayo de 2020

Siempre es ahora.

Entre la ilusión de mis paredes
caen tus primeras nieves
y brotan acordes maestros
que cierran las grietas.
De la tierra deslumbrada
nacen trinos y tormentas
crecidos de extrañeza
y sorprendente tamaño.
Presienten mis anchuras
cómo vienes y te quedas
en mi casa pequeña,
abierta a ti como un palacio
de cerrojos hábiles y sin puertas.
Soy fuerte en tu sueño,
vulnerable a tu camino perdido,
débil en el peso de tu carne,
resisto como la última hoja
en tu secreto estremecido.
Igual que una nota aguda y lejana,
en la ciudad del viento,
así danzan los velos impares
en las colinas de una diosa,
bailando entre los trazos veloces
de un capítulo sediento.



Constanza Everdeen ® ©

 

lunes, 25 de mayo de 2020

Nube de lumbre.


Me sostiene la muerte
entre sus brazos de hambre veraz
y las fieles palabras
tejiendo en lo invisible,
la cercanía de nuestros cuerpos.
No soy diferente 
a esa nube dispersa y libre
simulándote formas
entre las transparencias del cielo.
Ahora mi sangre es tan roja
como aquel beso eterno
bajo la lluvia tardía de los árboles.
Confieso dentro del fuego,
de qué están hechas las llamas
que atraviesan mis noches oscuras
y preceden al alba de piel abrasada,
a los muros caídos, 
a la memoria animal de las flores
en los campos temblorosos 
de tu sueño a gritos.
La luz nace en tus ojos
y desemboca en mi mar
de sonrisa oculta,
alzándose hermosa
como la canción del pájaro
que ha encontrado su nido.



Constanza Everdeen ® ©

viernes, 22 de mayo de 2020

Alas.


Amor extraordinario
es vivirte en lo sencillo
y acariciarte con satén
el mar huido de calma,
para que partan navíos voluntarios
a tu mirada de abismo. 

La sombra que me acompaña en las horas de sol
es tu misterio, la hoguera intacta
adorando mi desnudez vestida,
mientras los páramos se hacen vergeles
ante mis ojos de ti poseídos.

Amo el color con el que me creces
como acallas las voces muertas 
en el dolor abierto de la espina,
el saludo de tu sombrero 
en el arco de mi puerta
siempreviva, siempre esperada 
es la visita de tus dulces invasores.

Siento los matices oscuros 
del deseo que nos piensa,
sus arrojadas ocurrencias
atravesando nuestro limpio reflejo
devolviéndolo a la vida.



Constanza Everdeen ® ©



martes, 12 de mayo de 2020

Camino lento.

Camino tus pasos danzados
sobre las ondas líquidas
del lago lento,
senda peregrina de ideas
donde te siento.

Eres eco con cuerpo de barro 
penetrando mi galería acristalada,
mi cuerpo de afluentes crecidos,
con voces oscuras
y sobrado aliento.

La lluvia anfibia resucita
los moldes de la locura,
también somos niños en los brazos serios
de la sonrisa guardada 
en un museo.

Palpitan las hojas de los álamos
anuncia el viento tu recuerdo,
reviviéndote despacio
en las infinitas formas de esperarse,
en la posibilidad del sueño.

Muero en las canciones,
en la memoria desgarrada 
de la velada instantánea
porque juntos somos el oasis 
en la quimera arenosa.


Constanza Everdeen ® ©

martes, 5 de mayo de 2020

Hay días, en algún lugar, siempre.

Hay días tan tristes
que hundirían barcos.
En lienzo nublado
se pierde el firmamento,
sin locos marineros
ni sirenas naufragadas
solo quedan islas
y sus estrellados restos.

En algún lugar
dentro del cuerpo
algo se transforma
en espirales
y sonríe tranquilo,
descansa sobre el pecho
como el sol poniente
en el lecho de la luna.

Hay días tan radiantes
que son campos dorados
de duro trabajo,
quedándose pequeña
la palabra "amantes"
y la boca se hace
un túnel del tiempo,
donde el silencio se lanza
como un suicida de pelo rojo 
al  valor de lo sagrado.

En algún lugar,
habitación divina y abisal
el carbón nos dibuja
lagunas y diamantes,
recuerdos florecidos
entre atrevidas sílabas
donde nos vivimos despacio.


Hay días, en algún lugar, siempre...



Constanza Everdeen ® ©




viernes, 1 de mayo de 2020

La bondad del poema.

Quiero que leas en mis ojos
que todo lo vivo está hecho de fuego,
que en esta cansada y efímera estancia
abandono mi cuerpo a tu cuerpo,
a la búsqueda y encuentro
de tu quiero,
de tu quiero y puedo.
Hacerte entender que mi playa
es un " te amo" varado,
vestido de negro
en la cruz de tu pecho,
y que blancas son mis letras
en tus laureles de radiante plata.
Porque el cielo es aquí abajo
en todo lo que abrazamos
con los brazos y los versos
sin ciegos espectadores,
con la lucidez que solo da la bondad.
Hombre y mujer confundidos
en la piel diáfana de una novela
desmedida de besos y memorias
con un final abierto a la eternidad.


Constanza Everdeen ® ©

lunes, 27 de abril de 2020

Flores, dragones y símbolos.

Me he arrojado al diluvio
con el corazón y su abrigo raído
sin caras ni cruces en los bolsillos,
alma desencadenada
y cabello de fuego al viento
para sentirlo como raíces adheridas
a la piel de un anhelo herido
que vive de esperanzas,
de esperanzas que esperan verte.

Huyen las borrascas a la tierra
donde nos suceden las cosas
y soñamos niños y quemamos puentes
asaltando temores, amasando verdades,
al cálido rumor de un infierno
y los colores de la muerte,
parimos alimento para los amantes.

Lanzadores de semillas, sembradores de certezas
nos arraigan utopías en el pan y en el humo
como flores eternas entre  pándemicos dragones
en los símbolos que siempre fueron,
en el siempre que te siento.




Constanza Everdeen ® ©

viernes, 24 de abril de 2020

Secretos a voz escrita.



Ángel que ofrendas ramos de prosas
en mi altar de ansias cristalizadas,
cautivas cautivado la belleza del agua
evocando el reflejo,
inmenso y sensorial
de la carne sorprendida
en una encrucijada de lluvias.

Entra la luz abriendo todas las puertas
dejando calladas las dudas
mudos los miedos y sus máscaras,
aletean las ventanas ebrias de cielos,
de cantos de otras épocas.

Amor que arde como las estrellas
cabálgame la noche hasta traerme el día
haz que nuestras voces sin secretos
proclamen el último conjuro 
de las deidades que nos sueñan
y nunca duermen.

Te cuento, amor
secretos a voz escrita
para que se entere el mundo vivo,
los planetas incontables y malditos
que eres la sonrisa de mi vuelo. 



Constanza Everdeen ®©

domingo, 19 de abril de 2020

El calibre del amor es libre.

La medida de la hoguera
no está en su resto ceniciento
si no en su eterna consumación,
ha de abrasar la piel de la vida
llevarte a morir en llamas 
y perfurmar el mundo.

El corazón del fuego
está hecho de madera y resina
arriesgado y loco se mueve
desafiando las leyes del agua,
en cada gota renace
hallando su sentido, 
entre nubes y vapores lloverá 
sobre otros fuegos revividos.

No es mensurable
ni lo diluviado ni lo ardido
porque lo que cala y quema
es un reino puro y tenaz,
paraíso vehemente, 
medida libre de amor desmedido.




Constanza Everdeen ©

sábado, 18 de abril de 2020

Algo sobre el tiempo.


Al tiempo le gusta mirar
a sus amantes entregados,
ajenos al frío péndulo
desconocedor de su propia invención.
El tiempo no posee nada 
pero a él le pertenece
la forma del cuerpo en la prenda,
la llave maestra de la prisión
y la libertad de la espera.
Del tiempo todas las huellas
en la piel de los caminos
y el reto apasionado 
en cada uno de sus cruces.
No se siente el tiempo a sí mismo
ni entiende la vida de los pájaros
ni la muerte de las flores junto a la muerte.
Tampoco existe el destiempo,
ni del tiempo son los errores o aciertos
nada y todo necesitan de él.
Fácil es perderlo que ganarlo,
difícil ser consciente
que se vive todo el tiempo.



Constanza Everdeen ® ©




martes, 14 de abril de 2020

Ramos de prosas.

Te miro como al dios del fuego en la Antártida
emergiendo de la magia del Hades,
lleno de férreas raíces
tensando las cicatrices del trigo.

En mis cavilaciones de espuma
se enredan las espirales
a tu jardín de lirios encarnados,
como penumbra firme y luminosa
en la sombra de lo que te sueño.

Derretida en el calor de tu prosa
me hago fuerte,
agua desarmada y constante
que sutura esta distancia suspensiva,
de latidos suspendidos
entre la resistencia de dos imanes feroces.

Vigilantes al roce esquivo del azar,
al arrullo de las brasas alumbradas
donde somos escrito amanecido
en campos libres.



Constanza Everdeen ® ©



martes, 7 de abril de 2020

Las fases del Coloso.

Te escribo con mi pincel de lobo
todas las horas silenciosas
llenas de memorias nacaradas,
de habitaciones rojas y terciopelo vivo.

Una palabra de tu cielo
y el día se hace grande
como una estatua colosal
que vigila las mareas.

Miras ermitaño
levantando bandadas de pájaros
sobre la patria de los sueños
bajo la falda abanderada de un satélite.

Me atraviesa una vida al verte
risueño y creador
con tu iris de tinta marina
abriendo abismos en la imaginación
de la fascinada sirena.

Son océanos de trigo, 
la extensión de tu caricia,
la primera amapola  
brotando en tu beso de semillas.




Constanza Everdeen ® ©








domingo, 5 de abril de 2020

Partitura.

Si has de partir, párteme este dolor
rasga la partitura penitente,
quiebra este cúmulo oscuro
que siembra de agua incierta,
este corazón que te hierve.


Suplico a los muros
donde clavaste mis huesos,
con el ímpetu endecasílabo
que no se me caigan,
que se mantengan vívidos
nuestros ciervos coloridos.


Caza descalzo con tu alzada lanza,
el indómito animal que defiende tus armas
que te aúlla esperanzado
en la refulgente mañana,
en la rebelde oscuridad.





Constanza Everdeen ® ©

jueves, 2 de abril de 2020

Lluvia esmerilada


Llueve en la espera,
suave se deslizan las añoranzas
por la memoria de los cristales.

Llueven los suspiros anclados en el pecho,
llueve y  mis ojos posados sobre el vano
beben el agua, los recuerdos.

La cuadratura de la ventana
es el punto de mira que te mira,
arrecia la lluvia evocando tu fuerza
tu temperamento afilado
levantando a mis diosas furtivas.

Llueve y se rompen las lágrimas
en las alas de los pajarillos
todo revive y danza con la melancolía
todo brilla entre dóciles estrellas.

Llueve sobre la vida endurecida
llueve sobre el dolor y lo abre
llueve y brota la esperanza líquida
en tu corazón de cuarzo dulce.





Constanza Everdeen ® ©

jueves, 26 de marzo de 2020

Poema pluvial.

Detrás de la ventana
la huida es la lluvia,
corre el agua alma abajo
inunda la memoria 
como brota la sangre
de una herida.

Llega a los rincones 
con caricias irisadas
y la sombra resplandece
recordando que existe tu sonrisa.

Fresca y fluida se desliza
por la piel del recuerdo,
acercándome los días
que te tengo por vivir.

Arrecia con impaciencia
calmada y segura
se lleva la tristeza
y me trae lágrimas nuevas.

Me mira, me danza 
esta lluvia que es huida
hacia ti, hacia dentro.

Porque, amor...
me habitas como un diluvio.



Constanza Everdeen ® ©

lunes, 23 de marzo de 2020

Ecuación silenciosa.

La noche me roba el vestido
quiere ser más oscura que el mirlo,
el canto del agua me dice
que el beso ciego de fuegos
es caricia cuidadosa en un descuido
vulnerando la piel salvaje
de la cordura de dos idos,
de vuelta de todo y nada.

Nada hecha de terciopelo
de la humedad de la noble madera
cosmos, vértigo de la ecuación,
la velocidad de un cometa.

Te veo entre mieles y pétalos caídos
como en un jardín pintado
con el ánimo triste y silvestre
atravesando de rayos el techo,
haciendo de las grietas
ventanas donde rondar
con versos polvorientos,
mi silencio.

El silencio sombrío del cuervo
vigilando las lindas lindes,
de tu aliento.


Constanza Everdeen ® ©


sábado, 21 de marzo de 2020

Cuántos cuentos y cuentas...

Todas las cosas que se llaman por su nombre están hechas de fuego
y yo te quiero ardiendo en mi vida como la sed
con la insondable intensidad 
de tus girasoles en llamas.

Navego en la oscuridad que existe entre las estrellas,

volviéndome súbito polizonte 
en inciertas partes de tus ojos 
cuando me miran con ese halo de extraña y fascinante cirugía.

Locos abisales atravesando olas y cristales

numéricos e incondicionales en la memoria olvidada del mar,
son eternos los recuerdos del vino 
llaves hechas del misterio de la sangre.

El universo se me hace pequeño 
por eso elijo tu pecho
para habitar entre latidos de oro y jade
y crearte un cuento por cada cuenta del collar.






Constanza Everdeen ® ©

sábado, 7 de marzo de 2020

Diván.

Soy la noche tendida en tu diván,
el gato oscuro que dormita en tu ventana
humo sinuoso de ideas
silencios anclados en tu pecho,
lo que le falta al aire y respiras.

Soy el hambre de tu siesta,
anhelos tragados por el dócil animal
la luz imantada del faro,
lo que iza las velas del día
y sonroja al marinero.

Soy el lago en tu boca de volcán,
los brazos de un delirio extraño
fuente de vino en tu pluma escriba
la justicia desnuda de vendas,
fuego enamorado de tu fiel palabra.

Soy lo que despierta a un pájaro pequeño,
la llave girando tres veces en el portal
luna sin sombra en lo alto de un sueño
el recuerdo vivo de otras vidas
faceta en tus lágrimas cristal.



Constanza Everdeen ® ©


miércoles, 4 de marzo de 2020

Dos siestas.

Todo está en el mar
todo está en tus ojos,
en el iris del pájaro
que anida en mi clavícula,
todo está pleno y triste
todo es tu dulzura.
Eres y llegas, regresas y soy
en la contorsión imposible
de una serpiente de fuego,
desde la última espuma
hasta la primera ola del océano
de un mundo que se abre al mundo.
Fuera del tiempo inventado,
dentro de lo salvaje
del vértigo álgido de la noria,
en el vuelo del amor constante.




Constanza Everdeen ® ©

jueves, 20 de febrero de 2020

Otra dimensión.

Me partes, me divides
inmensamente
en ínfimas partículas,
me haces infinita
como la línea del horizonte
en la pupila del navegante.

De toda suma
me llevo "el nosotros"
a todo lugar que sea hogar
de vino y pan caliente,
con tejado de cristal
y cimientos de diamante.

No hay deseo que pedir
nos lo entregamos,
igual que el día se ofrece a la noche
en una tierra desconocida,
entre los árboles
y las estrellas distantes.




Constanza Everdeen ® ©

martes, 18 de febrero de 2020

Saturno en el lago.


Esta noche el peso de un dios
me ardía en el cuerpo
y el dios eran todos los dioses
redimiendo este anhelo sin aire.

Esta noche amansaba mi boca
engulliendo sus palabras ardidas,
la calma aparente de Vulcano
latía en la úvula de la luna.

Esta noche era el reflejo pleno
de la plena confesión
entrando como raíces subterráneas
en la gruta carnal del sueño.

Esta noche la luz y el agua cristalina
devoraban los escalones del hambre,
y el hambre con sus ropas quemadas
se clavaba en el norte de un dios,
en el alma de un hombre.






Constanza Everdeen ® ©

viernes, 14 de febrero de 2020

Versos al óleo.

Vengo a la vida a través de su alma
de sus pinceles clarividentes,
vengo a la vida vestida de lienzo
con sus lágrimas atrapadas
entre los dientes.

Mi bien me traza el bien
haciendo de mi piel
los colores de su paleta nodriza,
me pinta la noche de día
el álamo plateado junto al río,
dibuja su boca en la mía.

Sus manos componen mis sombras
sus ojos me bañan de luces,
nazco del corazón del artista
de la belleza que ve la belleza
del amor y su espuma.

Me calma, me realiza
conversamos al calor templado
de las elegantes caricias,
entre breves versos al óleo
mientras miro cómo su reverso 
versa los tres cuerpos de lino.








Constanza Everdeen ® ©

sábado, 8 de febrero de 2020

Acierto constante.

Nos mueve la constancia del agua
erosionando los términos que no nos merecen,
desesperamos la llamada sin espera
en el equilibrio de la aguja
sobre el hilo del destino.

Estas costuras sin herida
son pan en el bocado de un dios que no olvida
que reclama sediento la justicia y el vino.

La melodía de la lluvia
sobre la superstición de los espejos partidos
y el aire que no existe entre los dos,
el suspiro más alto en el aliento perdido.

Somos las leyes silenciosas de los pájaros,
la ancha avenida de la vida,
la libertad del mar hambriento
devorándonos la sal.

Somos el acierto más certero de la única verdad.







Constanza Everdeen ® ©

martes, 28 de enero de 2020

Febrero febril.

Febril es Febrero
acercándose en el sigilo de su prosa nocturna
con la esperanza rotunda y serena,
con el aroma de los contornos perdidos del bosque.

Febril es Febrero
trayendo la luz de mar tejido de sueños
de ácida dulzura y audaz fantasía
sembrado de jugosos extravíos,
saltando como un niño en el almanaque.

Febril es febrero
latiendo la orquídea en la punta de la llama
amor de vía láctea por la espiral de su poesía ardida,
la tangencia de las lenguas afiladas
en el río nacido de la fuerza de un centauro.



Constanza Everdeen  ® ©






martes, 21 de enero de 2020

Versos versátiles.

Traviesa travesía
la de tus manos navegantes
creciéndome la tormenta a oleadas
con caricias de sombra soleada,
hasta afinar mi lánguida renuencia.

Como el rayo parte el deseo en el cielo oscuro,
resplandeces mi rostro con tu lenguaje férvido
con el silencio milenario del dolor ahora huido
en el vuelo de las renacidas aves.

La cumbre, tu parpadeo mortal,
el agua rota en el suelo nos dibuja un nuevo destino
la siguiente estación, un campo de flores nevadas,
otro estío...

Me tienes en constante temporal 
de mar hirviente e intemporal
bailándome entre vaivenes
de alzadas mesanas y duros raíles
guardando el dulce para mi inquieto paladar
y tu sueño despierto.


Constanza Everdeen ® ©

domingo, 19 de enero de 2020

Parirte nubes.

Solo tu mirada y mis estatuas de sal cobran vida,
moviéndose como las gotas de agua en la caída
acompasadas y vertiginosas,
surgidas de una lluvia que arrecia lo mojado.

Te voy a dar a luz una nube, amor
para anegarte sin negarte lo que me pidas.

Nuestros cuerpos mueren juntos
en el encaje maestro de nuestras almas,
yacen dóciles las bestias
doloridas y alimentadas
al abrigo del fuego alumbrado.

Solo tu mirada en la mía hace crecer el tiempo
asomados en los cristales, reflejamos la deuda
la ofrenda de sangre en los altares del viento
la entrega de millones de latidos, consentidos 
en regalo.



Constanza Everdeen ® ©

miércoles, 15 de enero de 2020

Esilweni.



Te quiero guerrero con las manos limpias,
alzándome una torre en el vientre de luna
haciendo de mí, río abierto de amapolas
ante la desembocadura de tus ojos de océano.

Levantas olas de azúcar en mi sangre agitada
con tu boca oscura y mercurial
tu beso, el camino incierto de lengua certera
acelerando ensoñaciones telúricas.

Juegan tus manos de hoguera con la llama que te guardo
desnudando mis secretos y rincones sin huella
en la corriente salvaje que te nace y que nos lleva
al lugar donde las bestias sueñan.

Perdidos en la inmensidad del gemido
agarrados a la piel de la vida
nos miramos quietos, retenidos
por la profundidad sorprendida
del más puro amor.






Constanza Everdeen ® ©

sábado, 11 de enero de 2020

Somos a lomos de lo indomable.

Somos la herida en la sal
la sangre limpia en el sendero difícil
somos el cielo abierto en la mirada del pozo,
la lluvia fina en la madrugada del beso.

Somos el romance que lloran los ríos
el sueño del viento y las semillas,
el azul del mar en el vuelo del pájaro.

Somos el silencio girando en el faro,
el preludio de la tormenta y su fuerza
sacudiendo las velas.

Somos el punto más cercano a la estrella,
la distancia que respiran nuestros árboles
en la puesta de un sol extraño.

Somos lo que nombra la noche y calla el día
la tierra avistada, invadida de espumas
la bruma peinada y suave 
que guarda nuestras caricias.

Somos el milagro de arcilla en el barro
la tierra y su réplica arriesgada,
el reflejo y la sombra del poema hecho aguas.


Somos a lomos de lo indomable y desconocido.



Constanza Everdeen ® ©